miércoles, 5 de agosto de 2009

Continuidad del Pensamiento de Marcuse


"El presente, o sea el mal, es la apariencia;
el futuro, o sea el ideal, es la realidad"
Herbert Marcuse

Es menester atender la situación por la que en este momento atraviesan las sociedades de nuestro planeta, sobre todo las que se encuentran en una transformación, y en donde aún más, la vulnerabilidad se hace presente.
La importancia de esta necesidad, desde el punto de vista político y sociológico, es su trascendencia a inicios del siglo XXI, como punta de lanza de nuestra realidad, la injusticia social por la que atraviesan nuestras comunidades emplazadas ante los intereses de esta maquinaria inhumana, que es el modelo capitalista.
En términos generales, el sistema ideológico de Marcuse se compone de tres elementos: El conflicto freudiano, la alienación marxista y la filosofía hegeliana. Marcuse comprende una serie de situaciones, que estructura en un pensamiento renovador más que pesimista, el plantear, el conocer y el comprender los problemas para solucionarlos, es el inicio de la avanzada.
En actual condición, hace que se reflexione sobre la complementariedad de la enajenación, una situación no menos crucial que hace cincuenta años, pero donde los mecanismos con los que se lleva a cabo este estadio, se sigan perfeccionándose, es decir este control sistemático, que plantea Marcuse en Eros y civilización, no ha dejado de rendir frutos, como tampoco sea modificado la situación por la cual el individuo sufre patológicamente el resultado de las condiciones en las que se desenvuelve, aunado a esto se sufre una desintegración del principio de realidad, el individuo enfermo contempla en sus ojos la dialéctica de la modernidad, la contradicción de este modelo capitalista; No contentarse con el mejoramiento del mal orden existente, sino redefinir la libertad, de manera tal que no se la pueda confundir con nada de lo que pasó hasta ahora, la ruptura radical, la negación total del orden existente, señalan un verdadero giro histórico en la orientación del progreso.
El presente, refleja contrariedades absurdas, no solamente la base laboral actual es inhumana, sino el individuo se enfrenta con un trabajo doloroso, de esfuerzo y miserable con lo que se es enajenado, y donde la realización del mismo difícilmente nos brinda de las necesidades optima de dignidad humana, el peso de la concentración de los capitales es mayor y el pago a los trabajadores es menor, resultado de esta relación existe una base material de la civilización, pero que es empleada para reproducir el sistema, tal como lo planteaba Marcuse:
“La pobreza que prevalece todavía en vastas áreas del mundo ya no se debe principalmente a la pobreza de los recursos humanos y naturales, sino a la manera en que éstos son distribuidos y utilizados.”
[1]
Ante el creciente dominio de la naturaleza y de sus materiales, como con la productividad de trabajo, desarrolla en el individuo la satisfacción de sus necesidades primordiales o funcionales como accesorias, la contraposición del creciente bienestar material en un reducido grupo y el conocimiento creciente proveen el material para la destrucción progresiva, tanto en el ámbito individual, social y de su entorno, y como de la necesidad de una represión instintiva creciente.
“La técnica provee la base misma del progreso; la racionalidad tecnológica establece el modelo mental y de conducta para la actuación productiva, y el poder sobre la naturaleza ha llegado a ser prácticamente identificado con el concepto de civilización”
[2]
El sentido artificial del trabajo del individuo, plasma la posesión del hombre por parte de su trabajo, esta es una conducta de acuerdo con lo modelos impuestos, y la moral del principio de actuación, con lo que la alineación no sólo se inicia sino que se complementa con elementos del control sistemático, medios de comunicación, relaciones económicas, el sujeto pasa a formar el objeto del trabajo. La enajenación del trabajo es casi completa, la mecanización de la línea de ensamblaje, como la cotidianidad que sufren los individuos, hace de los sujetos objetos.
Este marco de dominación sistemática, la jerarquía de las funciones y relaciones, asume la forma de la razón objetiva ,la ley como el orden, están identificados con la vida de la sociedad misma, pero este status es contradictorio en relación a la libertad del individuo dentro de ésta, dando origen a que no solo se racionaliza la dominación, sino que los caminos de rebelión o contestatarios, son creados para liberar la presión, liberan por un momento la presión para dar sentido a una nueva represión , las libertades y las garantías actuales están ligadas a los requerimientos de la dominación.
La tecnología ofrece al hombre minimizar el tiempo necesario en su trabajo, ahora la automatización le ofrece al individuo el tiempo necesario para repensarse, lo cual ofrece un atentado a la estabilidad, el verdadero sentido de progreso tecnológico conduciría al hombre a su libertad, no al circulo vicioso de la modernidad, el conocer y el comprender del hombre sobre la naturaleza y ésta de él, le da los medios para satisfacer las necesidades con un mínimo de esfuerzo, pero en sentido contrapuesto existe una dominación en las regiones de la conciencia y el ocio, que anteriormente se encontraban libres; con lo que la dominación no se hace exclusiva del ámbito laboral, sino también del ámbito extra-laboral, ya que cuando uno abandona esas ocho o doce horas, se comienza a pensar y a vivir en la jornada siguiente aun cuando apenas se salió de ésta.
Aunque en la actualidad no solo se reduce esta dominación, (o como amnesia), a ámbito laboral, existen expresiones de dominación en la escuela, el grupo de amigos, medios de comunicación, todos estos transmiten los valores requeridos, personalidades, sueños, realidades que amalgaman el sentido de las vidas, esta estabilidad es cotidianamente normal y generalizada.
“La organización represiva de los instintos parece ser colectiva, y el ego parece estar prematuramente socializado por todo un sistema de agentes y agencias extra-familiares”
[3]
Es este impulso normal, el que hace en el hombre un olvido progresivo, un estado de amnesia, una condición en la cual el individuo, de forma radical se desfasa de una realidad que le es agresiva, y de forma análoga el impulso agresivo cae en el vacío, el odio se encuentra con sonrientes individuos que andan por la calle, ocupados competidores y oficiales obedientes, todos estos en una felicidad efímera y superficial, olvidándose de la contradicción de la realidad.
“El dinero es ahora, más que nunca, un símbolo, un hecho no sólo económico, cada vez más cultural, un signo alimentado por la fiabilidad de sus emisores, un acto de fe; y al mismo tiempo se torna más liviano, más ágil, más veloz. El dinero es el principal producto global, un producto virtual que, aligerado de materialidad, puede circular y reproducirse en la intimidad de las computadoras. En su virtualidad va perdiendo relación con su antiguo referente, la riqueza. Como otros signos, ingresa en la hiperrealidad, ya no se sabe cuál es el signo y cuál es el referente. El mapa se confunde con el territorio.”
[4]
En el valor de esta sociedad lo que es retrogresivo es no la mecanización y la regulación, sino su encubrimiento bajo libertades, elecciones democráticas e individualidades falsas. Se les ve reír trayendo en la mano las llaves de su automóvil, como declarando su plena realización, se les ve en los restaurantes leyendo las revistas de moda, creyendo no salir de ese circulo exclusivo de la sociedad, miran con menosprecio solo porque su ropa les hace creer que su vida tiene sentido, se enfadan porque te ven, comparten mismos intereses, ideales, se distraen del verdadero sentido que es el de lograr humanizar al hombre, de acercarlo a un mundo donde sus necesidades sean realizadas, el de trabajar menos y ocupar mejor su tiempo libre, todas estas personas alejadas de lo que pasa en su mundo, es porque son egoístas, no les interesa ver por los demás, no les interesa saber como viven las personas con las que comparte este mundo. Este sistema reacciona aumentando la producción de bienes y servicios, bienes superfluos frente a la pobreza persistente, pero imprescindibles para ocupar una fuerza de trabajo suficiente para reproducir las instituciones económicas y políticas establecidas.
“La vida es mejor compensada por el control total sobre la vida”
[5]
La ideología de hoy se basa en la producción y el consumo que reproducen y justifican la dominación, la vertiente de todas estas concepciones, de la realización del individuo a través del consumo, de la alineación que sufre el hombre en los medios de desinformación, tiene el valor de hacer de las personas ignorantes, plantearles y adaptarlos a una realidad que es agresiva, les es implantada una naturalidad de la escasez, del sufrimiento, y que rara vez se despierta de esa realidad que se injerta en la mente de los jóvenes y causa el efecto amnésico, el olvido general de nuestra sociedad, se borran la critica, el método comparativo, la filosofía y la dialéctica, la alternativa y el de estar siendo ser humano. La racionalidad se mezcla fácilmente con la irracionalidad, creando ambigüedades en esta realidad.
“La conciencia, cada vez menos agobiada por la autonomía, tiende a ser reducida a la tarea de regular la coordinación del individuo en el conjunto”
[6]
Pero este análisis, sobre la sociedad opulenta, como la denomina Marcuse, es la sociedad estadounidense, la cual era beneficiada en la mayor proporción, pero este sería contradictorio con las sociedades latinoamericanas, las cuales ha existido, en esta historia reciente una pauperización de las condiciones, si nuestro teórico hubiese en años recientes, conocido este fenómeno, también lo enfrentaría la sociedad que lo acogió, pero es quizás que el valor de introducirnos en la comprensión la realidad estadounidense o sociedad industrial, que aporta elementos que se perpetúan en la actualidad, algunos de estos elementos son que la sociedad tiene la capacidad industrial y técnica para generar bienes y servicios improductivos, la necesidad se ha ramificados, ahora existe mil necesidades como la de los celulares, el traer un auto con una máxima velocidad de cuatrocientos caballos de fuerza, aun sabiendo que en la cuidad nos enfrentamos a transito todos los días, como estas un sin fin de creaciones y vaguedades sin sentido; un alto nivel de vida exclusivo de las elites que concentran la riqueza del país, y que son circundados por un sociedad donde cada día se acostumbran a vivir con enfermedades, la recurrente muerte de personas por no tener los recursos para pagar un servicio médico de calidad; como la importancia de la manipulación de la conducta individual y de grupo con fines comerciales, el portar casi con ilusión una marca, cualquiera que sea, ignorando la fabricación de la prenda con manos de infantes explotados, donde realizan trabajos de más de doce horas; el adquirir productos en tal sitio comercial solo por el deseo de ser observados comprando lo que todos desean comprar.
“Se vive en un proceso de involución civilizadora: a pesar de todos nuestros adelantos tecnológicos, no hemos podido desterrar la violencia. Al contrario, bajo mil disfraces, se ha convertido en el arma de la dominación moderna al servicio de potencias cuyos verdaderos rostros apenas ahora empezamos a vislumbrar claramente”
[7]
Es de importancia tratar el valor que representa este funcionamiento normal, la base biológica como psicológica se han mantenido constantes a lo largo de la historia, pero existen momentos en los que se modifican para conducirlos a un sendero específico, el comprender la manipulación es importante para configurar una liberación, se ha impuesto una dedicación a trabajos físicos, serviles, sucios, cualidades de crueldad, indiferencia moral y agresividad persistente, esta normalidad equivaldría a una mutilación o distorsión del ser humano. Pero Marcuse nos previene de algo en esta normalidad: ”Lo normal parece ser una condición más social e institucional que individual”
[8], el asegurar un status, o el perder el trabajo, salir de la carrera obligatoriamente, una efectiva sumisión; concede valor a un orden, que es confirmado por la sociedad, lo que se busca es reconciliar al individuo con el tipo de exigencias que su sociedad le impone, pero lo que le exige para su “estabilidad” es el crear condiciones, dimensiones inconscientes como las conscientes, manipulación y control, una efectiva dominación, hacer que las necesidades sociales se conviertan en necesidades individuales, en necesidades casi instintivas, esto reproduce este sistema capitalista, lo recrea en todos quienes creen progresar en esta vida, en una ceguera general de voracidad, es la penetración de la sociedad en la psique, hasta el extremo de que la salud mental, la normalidad, no es la del individuo sino la de la sociedad.
“Capacitarle para ser un enfermo, para que viva su enfermedad como salud, sin que sea consciente de que está enfermo, precisamente cuando se considera así mismo y es considerado por los demás como sano y normal”
[9]
El choque de nuevas formas de dominación, crea nuevos valores, estos nuevos valores tienen el valor de empobrecer la vida del ser humano, explotar su condición y enajenarla de sus fuentes de humanización, tales como el arte, la cultura, el sentido de identidad, la relación individuo y sus entorno en plano equilibrio, el trabajo no alineado, es sentirse impulsada a trabajar por una mejor vida, no por una dependencia a la forma laboral para subsistir; el proceso de producción y consumo es un mecanismo de deshumanización, se cree en la ideología de la escasez, todo esto representa un mayor complejo de dominación sistemática:
“Cuanto mayor es la discrepancia entre las condiciones humanas potenciales y las reales, mayor es la exigencia social de lo que yo denomino super-represión”
[10]
La autonomía individual es un principio declarado y la diversidad de opiniones un artículo de fe, pero por exigencias económicas se ejerce una dirección específica. En el individuo la percepción del mundo circundante es fundamental para la formación de este y para orientar su conducta, pero ahora ésta percepción tiende a hacerse hipertrófica, masiva, superior a las posibilidades de asimilación e identificación para todos los habitantes del mundo, pero esta experiencia tiene modalidades cualitativas nuevas, por vía sensorial y no conceptual, no se enriquece la racionalización del acontecimiento representado y algún juicio sobre él.
“La TV puede así convertirse en instrumento eficaz para una acción de la pacificación y del control, en garantía de la conservación del orden establecido a través de la repetición de aquellas opiniones y de aquellos gustos, medios que la clase dominante juzga más aptos para mantener el status quo.”
[11]
Los medios no buscan ocasionar descontento pero por otro manifiestan la tendencia a menudo instintiva, inconsciente dictada por los parámetros de conformismo que de la crítica y la interrogante del ser humano, es planteada una realidad como la de creer que el elefante es asustado por un roedor.
Este individuo el cual enfrenta toda una serie de agresividades, debido a las condiciones de aglomeración, de estrepitosidad y desprivatización de la sociedad, como el estridentísimo sonido de las voces en las calles, medios de incomunicación y de desinformación.
“La sociedad de masas ha efectuado una hipersocialización ante la cual el individuo reacciona con todo tipo de frustraciones, represiones, agresiones y miedos que se resuelven pronto en auténticas neurosis”
[12]
Las nuevas formas de dominación o de socialización, desplantan al ser humano para convertirlo en un productor y en un consumista, en un acrítico de su realidad, como estos medios de dominación tenemos ejemplos de la televisión, puede determinar los gustos del público sin necesidad de adecuarse excesivamente a él, le presenta la brutalización del lenguaje y la imagen, las noticias desinformativas presenta la realidad contradictoria como natural y lo estrepitoso es que nadie responda a imágenes que se han vuelto humorísticas, fantasiosas e hipócritas, en conclusión la desintegración del valor de verdad; nos asaltan con información saturada de todo el mundo, al fin del día no logramos leer completo el periódico con sus noticias globales, quedamos sabiendo poco de poco en el mundo.
Se crean culturas agresivas, sufrimos el efecto elevador, donde nadie quiere hablarse, ni verse, como si no estuviese allí junto con otras personas, cada sociedad carga su propia cultura de violencia, este agresión se transforma en violencia, el odio la envidia están inscritos, sabemos de la relación del Tanatos y Eros, los medios de comunicación de masificación nos introducen a la mente imágenes de agresividad que se vuelven cotidianas, la cotidianidad de los problemas nos ha perturbado para vivir con ellos, sentimientos como la envidia aparece en la relación con el poder, la propiedad, los privilegios, la belleza, estamos dispuestos a agredir, vivimos en una sociedad donde manda el Tanatos.
“La disposición de los infantes para defenderse agresivamente es bien conocida. La agresión es la reacción inmediata a la pérdida de amor y a temores de aniquilación, a experiencias privativas y frustración, La agresión es ubicua. Es una emoción que puede vincularse a todo tipo de actividad, desde la sexualidad y los argumentos violentos hasta el trabajo aislado de escritorio”
[13]
Padres y madres avergüenzan a sus hijos para forzarlos a la sumisión, el niño se vuelve objeto de las bromas de degradación en la escuela, este proceso de dominación puede ser agradable o tormentoso; La envidia y el odio de los pobres contra los ricos es “inmediatamente comprensible”, como la violencia con fines de auto enriquecimiento o violencia por venganza. Estamos viviendo constantemente un Holocausto.
El problema es liberarnos de una sociedad que desarrolla en gran medida las necesidades materiales e incluso las formas de dominación son aceptadas como necesidades culturales del individuo. Hemos reprimido mucho de lo debiéramos haber dicho, de lo que hubiéramos pensado y de lo que hubiéramos actuado; si al hablar de cultura, nos referimos a los valores representativos que se plasman en la realidad, nuestra realidad carece de valores, los supuestos son falsedades de la represión, pero en una verdadera cultura la sublimación de la agresividad o de cualquier otro mecanismo de represión salen sobrando, existirá una coherencia entre los individuos y las acciones que realicen en su organización como en la división del trabajo, uno no alineado.
Hoy nuestra sociedad se enfrenta a una crisis de identidad, que se plasma en nuestro juventud, en las desorganización como sociedad, la falta de una organización humana son los saldos que comúnmente vemos en nuestro país, la civilización tiende a eliminar los objetivos transcendentales de la cultura, la cultura es y será el detonante de esta negación, condenando la destrucción institucionalizada de las potencias del ser humano. Marcuse comprendía este factor vital:
“La distinción entre cultura y civilización, según la cual cultura se refiere a ciertas dimensiones superior de autonomía y realización humana, mientras que civilización designa el reino de la necesidad, del trabajo “
[14]
La siguiente opinión es de la académicos que colaboran con la sistemática represión: "Por eso no voy a soportar que un viejo atrabiliario, escupiendo odio, me diga que no he realizado mi humanidad, que no seré completamente humano hasta que él no destruya mi mundo y en su lugar nos llene de escombros v cadáveres putrefactos. Debido a que su concepto de la esencia del hombre (para usar otra de sus palabras favoritas) es una «difamación» de nuestra humanidad, encuentro insufrible su desfachatez con que niega nuestra humanidad. La condenación de Marcuse no nos alcanza...nos liquidaría si pudiera, pero no nos convencería. Nos juzga mal: lo sabemos y nos reímos de él. Porque su juicio es válido sólo para quienes están de acuerdo con él”
El valor de Marcuse, es que representa al trabajo intelectual, la creación constante del ser humano, un reino de verdadera libertad, como un pensamiento no operativo, nos denuncia algo que creemos normal, el sentido de la sistemática dominación y represión, como el de la alineación. Quizás siempre sea bueno buscar algo mejor.


[1] MARCUSE, Herbert; Eros y civilización, Joaquín Mortiz México 1970 p. 105
[2] Ibíd. p. 98
[3] Ibíd. p. 109
[4] BAUDRILLARD, Jean; Cultura y simulacro, Kairós, Barcelona, 1987. p.146
[5] MARCUSE, Herbert; Eros y civilización, Joaquín Mortiz México 1970 p. 112
[6] Ibíd. p. 115
[7] KURNITZKY, Horst; comp. Globalización de la violencia, ED. Colibrí México 2000 p. 11
[8] MARCUSE, Herbert; La agresividad en la sociedad industrial avanzada y otros ensayos. Alianza Editorial, España, 1984 p. 101
[9] Ibíd. p. 102
[10] Ibíd. p. 104
[11] ECO, Humberto; Apocalípticos e integrados, ED. Lumen España 1999 p. 326
[12] MARCUSE, Herbert; La agresividad en la sociedad industrial avanzada y otros ensayos. Alianza Editorial, España, 1984 p. 114
[13] SIGRUM, Anselm; Traumas sociales y agresión en KURNITZY, Horst; Globalización de la violencia ED. Colibrí México 2000, p. 150
[14] MARCUSE, Herbert; Ensayos sobre política y cultura. ED. Ariel España 1981 p. 93

No hay comentarios: