sábado, 13 de junio de 2009

Chiapas: Negociación, paz y cuestión indígena. Debates a inicios del siglo XXI


El cese al fuego el 12 de enero de 1994, de parte del gobierno federal hacia el Ejército Zapatista de Liberación nacional, inició el proceso denominado “Paz armada”, el proceso de estas negociaciones viene íntimamente ligado con el proceso de transición democrática en nuestro país, principalmente porque significaba el reconocimiento de demandas nuevas de grupos sociales que habían permanecido en el aislamiento, y que en otrora ocasión, tiempo atrás hubiese significado la desaparición o eliminación por vía de las armas.
La ‘flexibilidad’ que se le otorgó a éste grupo armado, denotó que un valor político superior se interpuso a los enfrentamientos armados, originando un proceso que no es totalmente “paz”, pero tampoco tiene forma de “guerra”; esta extraña realidad recuece el uso de las armas a una especie de ‘discurso disuasivo’ de ambas partes. Al no darse en realidad la guerra como hecho militar, se reduce a la retórica y a una “percepción de anormalidad”, trasladándose el conflicto, en realidad, al escenario político.
La persistencia de la violencia social y política que en Chiapas se intensifica en las comunidades indígenas y campesinas; las organizaciones afines al EZLN han declarado una oposición activa a los proyectos que forman parte del Plan Puebla-Panamá, bajo la premisa que significa una nueva forma de dominación “capitalista” que atenta a las comunidades indígenas. Esto facilita para que diferentes grupos políticos y armados, de organizaciones de terratenientes, paramilitares, el propio EZLN, organizaciones sociales tanto afines al EZLN como contrarias a su presencia, cada vez dominen territorios y zonas dentro del estado de Chiapas.
Durante el primer gobierno panista, en el año del 2000, el EZLN, inauguró una nueva etapa de acción política con el diseño de la marcha zapatista hacia la ciudad de México, en el 2001 se centro en la denominada “Marcha del Color de la Tierra”, con el propósito de reivindicar la Ley de Cocopa de 1996, pero el 25 de Abril de ese año el senado aprobó otra ley no reconociendo la propuesta por el EZLN, lo cual significó que continuó la paz armada.
El reabrir la negociación de paz en Chiapas, sobre la base de reconstruir la agenda de negociaciones y la metodología del proceso, con éstas últimas leyes aprobadas, han demostrado su inviabilidad política y jurídica. El caso del Chiapas, es evidente que es mejor el cese al fuego vigente, aunque no se haya firmado la paz definitiva, a que el conflicto se desenvuelva mediante formas de militares; en todo caso, es preferible una negociación prolongada, o una simulación de paz, que el recurso de las armas.

Arnson, Cynthia.Et Al. “Chiapas, interpretaciones sobre la negociación y la paz”.UNAM/ Woodrow Wilson International Center of Scolars. México 2003. pp. 19-55

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